Periodo Rosista ( 1828-1852)
Cuando Rosas Asume el poder, la provincia había perdido su hegemonía por la caída del régimen unitario Rivadaviano. Cuando Rosas cae, Buenos Aires vuelve a perder momentáneamente la hegemonía sobre el país. Entre ambos sucesos, se consolido en el país el orden social heredado de la colonia: de las premisas de mayo de 1810 solo había quedado en pie la independencia del poder colonial en español. En un periodo en el cual se consolidaba el capitalismo español en Europa y tendía sus redes a todo el mundo, estas tierras se debatían entre revolucionarios, reformadores y reaccionarios. Aquí se intentaran dar algunas pautas para conocer por que no pudo la patria evolucionar al capitalismo desde sus propias entrañas. Conocer el porque del fracaso de unitarios y federales en constituir una nación desarrollada y unificada. Y como, desde el seno de esta sociedad puede nacer un personaje como Don Juan Manuel, símbolo de un momento particular de nuestra historia.
                                         Ascenso de Rosas y su lógica de Gobierno
Rosas llegaba al poder con un gran prestigio y respaldo social. Nacido en el seno de una familia distinguida, se constituyo en uno de los principales hacendados de Buenos Aires donde acuno una gran fortuna y se vio inevitablemente vinculados con los bienes provinciales.
Sin una actuación política permanente hasta la invasión de Lavalle, su primera intervención se había producido en 1820 cuando colaboro con Martín Rodriguez y permitió la concreción del tratado de Venegas. Mantuvo su interés comercial y territorial por lo que participo en las campañas contra los indígenas y fue comandante de la frontera.
Alineado con el partido federal provinciano mantuvo diferencias con Dorrego  y se constituyo en un referente del orden y la estabilidad requerida para la prosperidad en las propias actividades económicas.
Era un hombre pragmático, poco simpatizante de las grandes teorías y los principios abstractos. Su actitud practica lo hacia reticente a las novedades del liberalismo y partidario de un gobierno fuerte y centralista con un personalismo que permitiera garantizar el fin de las luchas facciosas producidas en las ultimas décadas.
Los conflictos desatados con la intervención de Lavalle y el miedo a levantamientos en la campaña, como efecto de aquel acontecimiento, llevaban a los grupos políticos a priorizar la estabilidad antes que imponer complejos resortes jurídicos pocos prácticos.
Para lograr aquel objetivo Rosas aplico instrumentos políticos como la propaganda, la coercion y el espionaje, con el respaldo de los sectores bajos en especial de la campaña y con el consentimiento de los hacendados y comerciantes que integraban la élite política. El carisma del gobernador y su actitud "paternalista" se integraban con su política centralista.
La sala de representantes le confirió la máxima jerarquía militar: brigadier general y el titulo de "Restaurados de las leyes" en reconocimiento a su intervención a la revolución unitaria. Tal desicion fue desaprobada por legisladores federales como Martín Irigoyen y Jose Garcia valdes quienes consideraban que el titulo agraviaba los principios republicanos. Asimismo, se le habían conferido las facultades extraordinarias que implicaban que el poder ejecutivo tenia la atribución de legislar.
En mayo de 1830 finalizo el periodo especial por el que se habían otorgado dichas facultades. Allí el diputado federal Manuel Aguirre solicito que fueran suspendidas, aunque se las renovó por considerarse que tales atribuciones eran necesarias frente a la situación de inestabilidad y crisis que vivía el país.
Rosas restableció el uso obligatorio de la divisa punzo identificadora de los federales, que Viamonte había quitado en pos de de la confluencia de partidos.
Inicialmente su uso era requerido para los funcionarios públicos, pero acabo por ser exigido a toda la ciudadanía, frente a loa pasibilidad de que se acusase a quienes no la portasen de enemigos del gobierno.
El pragmatismo de Rosas también se materializo  en los círculos intelectuales, militares y funcionarios que lo rodearon. A pesar de su actitud reticente habían  quienes podían ser sus enemigos, confluyo con figuras provenientes del liberalismo, que habían estado próximas a Rivadavia.
Muchas de ellas habían colaborado con viamonte y continuaron durante la gestión de Rosas.
Se destacaban Manuel Jose Garcia, quienes prosiguió como Ministro de Hacienda, y el intelectual Pedro de Angelis, junto con militares de la Guerra del Brasil. como Brown y Alvear. Asimismo seguirían desempeñándose  hombres del federalismo como tomas Guido, quien reasumiría en calidad de ministro de Gobierno y relaciones Exteriores, Mientras Juan Ramon Balcarse quedaba a cargo del Ministerio de Guerra.
                                                    Política Educativa del Gobierno Rosista
Caído el régimen presidencial de Rivadavia, como consecuencia del rechazo, por parte de las provincias de la constitución unitaria, la provincia de Buenos Aires recupero su autonomía y designo como gobernador al coronel Manuel Dorrego. Cuando este fue derrocado por el general Lavalle, se encendió la guerra civil en todo el país.
Proseguía la lucha cuando se produjo la llegada de Juan Manuel de Rosas al gobierno de Buenos Aires, el 8 de diciembre de 1829. Encarnaba este la voluntad popular y prometía el imperio de la ley y la iniciación de una época de paz y tranquilidad.
Desde antes de asumir el poder había demostrado interés por el funcionamiento de las escuelas, en particular por las de la campaña, de cuya organización se ocupaba personalmente. Elegido gobernador, reafirmo una política favorable a la enseñanza y el benemérito canónigo Segurola que, como inspector general de Escuelas, había tenido que luchar heroicamente contra la indiferencia oficial en materia educativa, se sintió al fin apoyado en sus aspiraciones.
Aumentaron los presupuestos destinados a la instraccion durante los años 1830- 1831, se dispuso la creación de escuelas lancasterianas, se aumentaron los locales escolares y hasta se utilizaron los postes y tablados que servían en la decoración de la plaza de la Victoria para construir bancos.
Designado Rosas  por segunda vez gobernador el 13 de abril de 1835, fue provisto de facultades extraordinarias y de la suma del poder publico. Sus decretos relativos a la organización de la administración de las finanzas del Estado son numerosos, y entre ellos se cuentan los relativos a la instrucción publica, rectificando las políticas de sus predecesores que descuidaron el pago de los maestros y de las escuelas.
A principios del año 1838, la declaración del Bloqueo del Puerto de Buenos Aires por la escuadra francesa, y la guerra con la Confederación Peruano-Boliviana provocando la consiguiente crisis económica, de la que no pudo sustraerse la administración escolar.
Tuvieron que suspenderse las asignaciones acordadas en las escuelas, pero no disminuyo el ritmo de la enseñanza, resolvió restringir, por un decreto del 26 de mayo de 1844, la instrucción de las clases menesterosas y favorecer la iniciativa educacional privada.
Fuente consultada de la política educativa de Rosas: Historia de la Educación Juan Carlos Zuretti  Editorial Itinerarium. 
 
   

 
 
 
 


   
       
   


   
                                             







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